¡Hola qué tal!, ya estamos llegando al final de este relato, después de conocer a Selene en la parte IV llega otro astro al firmamento, alguien muy particular y diferente. Si no has leído nada antes de éste relato te recomiendo que empieces por la parte I.
La última estrella en el cielo
V
Estrella del Norte
Siento una tremenda
ligereza, cielo estrellado, como chocolates con almendras, estrellas centellan
y mandan flashbacks, me siento limpio ya me deshice de todo ese equipaje
innecesario; ya probados todos los sabores me hice sabio, no todo es tan simple,
he aprendido a cuidarme de lo dulce porque tanto o mucho empalaga, me he
impregnado del ácido, que a decir verdad en cuentagotas me gusta, el amargor
del café me encanta, el combinar el agridulce sabor de cualquier vida. He
aprendido a escalar estados de ánimo, pasar del deseo de seguir moribundo a
saltar y agradecer que estoy respirando; ya la medianoche ha pasado, comienzan
las Perseidas, estrellas fugaces besan la circunferencia de mi atmosfera, tan
bonitas y veloces, pasan como mujeres de amor de verano; insensibles al deseo
de perdurar se apagan antes de que siquiera comience algo, felices a veces
vislumbro Nebulosas y otras veces Supernovas; cada estrella fugaz pasa sin
nombre ni edad y apenas rostro; labios, a veces agrios, Dios sabe cuántos fueron
con los que me crucé, con tantas luces que ya ni pude perseguir, me quedé
flechado y yo creciendo, en mi rumbo a ser mejor persona fui tambaleando pero
sin caer.
¿Quién controla los
hilos? El titiritero o quien hace los caminos. Dicen que las piedras rodando se
encuentran, será cosa del destino o cosa de la causalidad o casualidad que no
es lo mismo, todo tiene un rumbo y hay orbitas que jamás se cruzan, hay otras
que son perpendiculares, chocan y se conocen, se encuentran con la brevedad del
segundero; en cambio algo me dice que encontré a mi paralelo, viendo en la
lejanía entre cientos de miles de millones, entre estrellas como granos de
arena, entre planetas y lunas como gotas de lluvia; mis ojos cual lanza se
proyectaron al norte, bien lejos más allá del brazo más distanciado de la Vía
Láctea, en ti es quien pienso ya ahora que me preguntan por quién suspiras, me
pregunto ¿Por qué no te conocí antes?, quien coordina estas cosas es sabio,
justo ahora es que estoy totalmente desintoxicado del pasado, es ingenioso
porque tiempo atrás justo cuando comenzaba el día y todo era colorido no tenía
la madurez ni la sensatez para apreciar lo diminuto, el reciclaje de emociones
al contrario de lo desgraciado que pueda sonar, es revitalizador, a la vez
siento que perdura, hace de lo perecedero algo inmortal. Te encuentro como te
digo, lejos, incluso sin buscarte llegué listo para conocerte aun sin saberlo
yo ya estaba dispuesto, tomando lo mejor de lo aprendido. Brillantez del simple
mármol, ya no me llama la atención el superfluo brillar, me llama tu no sé qué,
que sé que solo tienes tú, esa estrella bien
en el norte. Agité mis brazos por lo alto, mandando señales de todo tipo
buscando la manera de que allá en tu lejanía me notes, me siento afortunado tu
mirar pasa sobre mi quijada que tiembla ahora mismo un poco, sube por mis
mejillas y casi huye por mi cien pero algo le atrae a mis pestañas y al blanco
de mi cornea reflejaba ese pequeñísimo brillo y chocas con mi iris, entras por
mi retina, penetras por esas neuronas especiales y te deslizas hasta hacer
sinapsis con mi ser, a eso se le llama las puertas del alma, ¿verdad? El simple
cruce de miradas, ese curioso par de segundos que se estiran no sé si por
relatividad o por la magia del momento pero se vuelven eones y siento como si
nos conociéramos de una época pasada, ¿De dónde te habré visto? Tu rostro me
hace tener deja vus, el soñar me hace perderme en una vida en la que fuimos
perdidos amantes; sumergido en el instante conecté palabras y de ellas
contestaste con oraciones, las oraciones se volvieron largas charlas cargadas
de emociones, se siente ficción como parte de mis versos los terminas tú, tu
sonrisa se vuelve cómplice y solo con miradas y muecas nos podemos decir todo;
nuestra vida campante, a fin de rehuir de lo cotidiano escapamos a lo diferente
siempre a lo extraordinario, es divertido nos encanta lo simple y nos reta lo
complicado, asumimos riesgos podemos bailar a faldas de un agujero negro a
expensas de que nos coma y nos borre de la galaxia, o de trepar un árbol solo
por el placer de hacerlo, brincar porque vivimos, cantar porque vivimos, juntar
nuestras manos y agradecer que estamos vivos y porque el destino nos dio tantas
vueltas por los lugares más recónditos en el universo pero al final termino por
juntarnos. El cielo pulsátil con estrellas de todos los tamaños se mueve y
danza lentamente, desde las constelaciones de Orión, la Osa Mayor, la galaxia
de Andrómeda, la gran estrella Sirius, las pequeñas Enanas Blancas, los Soles,
las Gigantes Rojas o las brillantes y poderosas Gigantes Azules, todas bailan y
avanzan, algunas terminan escondiéndose en el horizonte, otras nacen y su
brillo besa el cielo. Y tu tan lejos y particular, honestamente no puedo
clasificar tu brillo o tu estatura, si bien no eres una gigante no conozco más
grande persona que tú, si tu brillo no es el más intenso o cálido, es diferente,
autentico, único, especial. El detalle es que estas tan lejos que se me
dificulta llegarte, pero siempre tu mano está tan cerca y tan dispuesta, aunque
haya cortinas de nubes y cubran todo tu cuerpo, sé que estarás detrás y no me
abandonaras jamás no te apartaras de mi vida. Alguna vez dudé de esas cosas del
destino pero ahora que estás acá no puedo creer que estés solo por causa del
azar, compartiendo nuestra vida a sorbos, nos tomamos de la mano dirigiéndonos
a ninguna parte disfrutándolo como no tienes idea, la distancia tú la acortas,
me animas y me vuelves más seguro ya en nuestras charlas comienzan a sobrar
incluso las palabras, tu lengua de por si habla francés y yo manejo lenguas
romances, feliz por el saber de todo lo que me aportas, transmites tranquilidad
a mis peores ratos de enfados amargos, a veces pones mi mente en blanco y te
conviertes tú en todas las ideas que obtengo, eres aquel ángel que puede pasear
por mi infierno sin quemarse, no sé qué hechizo usaste pero de alguna manera
estamos tan afines, a pesar de que tú eres lo que yo no soy y que puedes estar
segura de eso, de esa manera te comprendo, me comprendes, el orden al caos, de
manera recíproca damos, no hay mayor interés que el de vernos felices y así nos
volvemos dadivosos, por ende recibimos amor mutuo cada beso es sincero, se
puede ver a kilómetros el amor que mantenemos, podrían ser años luz los que nos
separan pero ese mismo amor hacer que parezcan apenas dos centímetros, nos
entibiece las pequeñas cosas, podrían pasar malas rachas, malos ratos pero se
vuelven aire en cuestión de segundos, el magnetismo en nuestras orbitas es el
indicado y nos une esa diferencia en nuestra polaridad, ¿los polos opuestos se
atraen? Sin duda, pero lo gracioso es que aun así, solo basta con saber la
manera en la que me comporto para entender el porqué de tus pasos, no hay
celos, por más que pasen las más bellas estrellas fugaces y las más esbeltas
doncellas de la noche, no hay ojos para ellas, por más que te hablen los más
poderosos astros, no tienes oídos para ellos, estamos tú y yo, compartiendo
familia, amigos y espíritu, no existe posesividad porque existe la más grande
confianza y cuidar tu corazón es como cuidar el mío; lo llaman almas gemelas,
nadie te dice como encontrarla pero cuando llega, simplemente lo sabes, esa
sensación de haber encontrado el amor verdadero y que este amor verdadero sea
el amor de tu vida, el alma gemela es aquella mitad que necesita encontrarse
con su contraparte para estar completada, un complemento fuertemente necesario
y que motiva, apoya e incrementa cualquier campo en tu crecer como persona.
Hay una enorme
necesidad de volverse a conectar, detestamos el que se nos llamé pareja por el
hecho de que ansiamos fuertemente el unirnos y volver a ser uno, cada beso
desata un maremoto de químicos, saliva e inunda de amor y lujuria al cuerpo,
esa necesidad de buscar estar lo más cerca posible, nuestras almas empiezan a
rugir la urgencia de juntarse, estas ropas estorban y las arrancamos con energía,
nos deprendemos en caricias buscando ese punto en donde nuestras almas estén
más cerca, de mientras entre abrazos y besos se ruboriza la piel, el sudor
comienza a resbalarse los dedos no se dan abasto por intentar abarcar cada
milímetro explorando la sensibilidad buscando una explosión de placer, hasta
que ya no me pude contener, penetre tu cuerpo de la única manera en la que ya
no se podía estar más cerca por culpa de nuestra forma carnal, al principio
gentilmente pude mirarte y esa ternura en tu rostro me dio por besarte casi
eternamente, o eso sentí, pude yo estar arriba de ti y con tus brazos
protegiste mi espalda, después fuiste tú encima y fue excepcional la efusividad
con la que hicimos temblar la galaxia, el explorar el contorno de tu cuerpo
celeste el ubicar el punto en donde el placer ya no podría ser más intenso nos
hizo desembocar entre gritos ahogados por nuestros labios en un río de
sensaciones conocidas, desconocidas un mixto mar de fluidos que terminaron
deslizándose por nuestra piel, y dentro del cuerpo, nos tomamos de la mano,
nuestros poros desprenden el vaho de
amor y nuestras almas extasiadas unidas por un fino hilo de seda, ese abrazo
que duro eones termino en jugar solo con nuestras miradas en las que pude
apreciar esa luz en tus ojos oscuros, finalmente terminamos dormidos, no
pudimos estar más cerca.
La noche ya está bien
entrada, el jardín de estrellas por el que paseamos se está volviendo difuso,
ya no es un cielo plenamente estrellado, muchas otras estrellas incluso algunas
de las más brillantes se han apagado o han desaparecido en el horizonte. Yo
estoy ahorita con un ángel, un milagro.
Oye… te quiero mucho,
mucho, mucho… Tengo miedo.
El cielo, ¿Ves a tu
alrededor? El cielo comienza a caerse… y no quiero decirlo pero tu brillo se
vuelve tenue, te amo y temo que en esta ocasión algo se interponga y no porque
vayas a desaparecer en el horizonte, más bien porque el brillo del amanecer te
haga invisible en el firmamento. El estupor de solo pensarlo detiene mi aliento
y te miro esperando tu respuesta.
– Tienes razón, a mí también me cuesta aceptarlo, pero ya está por llegar el momento de separarnos y no será ni por mi culpa y mucho menos la tuya; hay veces en que la vida por circunstancias ajenas a toda malicia y por simple infortunio de los trazos del destino hay momentos dolorosos, siempre los hay y los habrá. Te amo como nunca antes había amado y yo misma lloro en mis adentros por el dolor de perderte fuiste mi amor el príncipe de mi cuento pero mi vida te prometo que estaré contigo hasta el final y no dejare de brillar hasta que el cielo por completo se apague.
Mire al cielo
alrededor de mi estrella ya eran pocas las demás estrellas que brillaban, las
podía contar desperdigadas por el firmamento, todas con los dedos de una mano,
tenues como pequeñas linternas de gas
Nos miramos sin
derramar ni una sola lágrima por miedo a que el otro terminara desmoronándose
lo sé, los dos notamos nuestras sonrisas falsas y nos reímos por un momento por
el hecho de que sabemos que ambos lo notamos. De verdad te amo. Noto que quedan
tres estrellas en el cielo, dos estrellas, hasta que solo quedas tú, bien
difuminada y ya con el brillo del amanecer en un cielo azuloso, eres la única
estrella en esa bóveda celeste, la última estrella en el cielo, ese último
beso, con el dulzor del anhelo y a sabiendas que a ni uno de los dos le gusta
jurar, juramos casi gritando que nos volveríamos a ver.
Terminó la noche.
Está parte esta inspirada en está estupenda canción de Zpu, Sobran las Palabras.
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